sábado, 13 de septiembre de 2014

¿Quiero ser famoso o cambiar el mundo?

Hoy me ha asaltado esta pregunta, y como casi siempre que me hago preguntas disyuntivas (escoger esto o esto otro) me entra la risa y pienso en escoger una nueva opción que no planteaba la pregunta o quedarme con todo, como os compartía en la entrada Mente o corazón.


Esta pregunta ha surgido después de pasar un rato revisando el correo y mis listas de suscripción a otros blogs. Sigo a bastantes personas y entidades de temas que me resultan interesantes como la productividad personal (Jerónimo Sánchez), el minimalismo (ValeDeOro), el liderazgo (Robin Sharma) y las noticias positivas (enpositivo.com). Estas son las que he revisado esta mañana, y alguna otra que me haya encontrado de camino. El resultado después de leer unas cuantas entradas de cada sitio ha sido esta pregunta, pero... ¿queremos ser famosos o cambiar el mundo? No hay respuesta mala, incluso es muy válida la respuesta combinada, querer ambas cosas.


Sigo a muchos motivadores o expertos en liderazgo, educación y aprendizaje del mundo anglosajón, me ayuda a inspirarme y nutrirme para las ideas y frases que compartimos a diario con QuiroTao. Muchos de ellos son norteamericanos, su estilo me gusta por lo general más que lo que encuentro en castellano, más directo, más conciso, más práctico. Menos dulce, espiritual o bondadoso de lo que suelo encontrarme entre quienes escriben en español. Más centrados en los objetivos personales de cada uno, ya me encargo yo de hacer la mezcla que me gusta entre el bien propio y el bien común. A propósito de esto, me estoy leyendo ahora el libro “Nuestra hora en el escenario” de Richard Vaughan, el dueño y creador de las academias y métodos de aprendizaje de idiomas, residente en España desde hace 40 años, nació en Texas y vivió en USA hasta los 23 años, interesante su visión del mundo y la vida.


El caso es que leyendo de Robin Sharma y Richard Branson, hoy me han saturado de este gusto por ser famosos, por ser siempre lo más en todo lo que hago y centrar todo a la excelencia, el máximo desarrollo y siempre el número uno y los más altos de la cima. Pienso que esto puede llevarnos a una carga de estrés, y un agobio que no me parece sano. Una de sus ideas es el club de las 5am, levántate a las 5 de la mañana y ponte a trabajar, a esa hora nadie te distraerá y serás más productivo. Me vais a perdonar si no me acaba de convencer la idea... ¿qué necesidad hay? ¿es sano? Igual es que no estoy suficientemente comprometido con mis objetivos, pero hoy por hoy no veo la necesidad de levantarme tan pronto para trabajar. Yo me pregunto, vale, ya eres el número uno en lo que haces, pero ¿Disfrutas tu vida? Porque igual mi objetivo es disfrutar mi vida, y no ser el emprendedor del año... Por eso considero muy importante que analicemos bien nuestros objetivos y escala de valores, y no vayamos por ahí viviendo los sueños de otros o los que aplaude la sociedad actual, adoptando estilos de vida diseñados para llegar a resultados que igual no queremos alcanzar.


Reconozco que quiero dejar mi huella en el mundo, que puede que ya lo haya hecho, he compartido ideas y aprendizajes con muchas personas, tenemos este blog y he publicado un libro ameno con una selección de reflexiones e ideas muy útiles y prácticas para la Vida. Un filósofo de campamento ya debe andar por las 500 lecturas, que puede parecer poco o ser todo un triunfo poder haber aportado algo a 500 vidas... Pienso que la fama puede aumentar nuestra capacidad de impacto o influencia, lo mismo pienso de los puestos de dirección. Por ello siempre me ha atraído la idea de influir en las personas que dirigen, mandan o tienen seguidores, porque pienso que un cambio en estas personas afecta a muchas más personas, tanto para bien como para mal, si esa persona cambia para bien su efecto positivo se notará en más personas. Siempre he pensado que un buen jefe de una empresa hace un efecto positivo en la vida de sus empleados y por tanto en sus familias. Pero también es real el caso de una persona sin cargo de dirección que con su buen hacer influye positivamente en su círculo y esta influencia se propaga a incontables personas... como también plantea Robin Sharma en su libro el lider que no tenía cargo.


El resumen de todas estas reflexiones podría ser que escojas lo que escojas, observa si hace tu vida más feliz, porque si eres feliz irradias felicidad, y creo que eso es beneficioso para el mundo. Creo que siempre es positivo invertir en felicidad, por ti y por quienes te rodean y se inspiran contigo. Quizás no hace falta ser famoso o una persona de éxito según los actuales cánones de la sociedad para vivir una vida de la que te sientes afortunado y satisfecho. Igual no hace falta ser conocido mundialmente o a nivel nacional para hacer bien lo que quieres aportar al mundo. Igual yo no tengo ni idea y estoy equivocado, que todo puede ser. Escoge tu respuesta y vive feliz con tus decisiones :)


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