miércoles, 9 de octubre de 2013

Importancia personal en oriente y occidente


Este es un libro que me gustó mucho, cualquier día me lo vuelvo a leer, Cosas que aprendí de Oriente, de López-Seivane. Como curioso de la vida que soy me fascinan muchas culturas humanas, celta, egipcia, griega, y las diversas culturas orientales. Me choca mucho que en Oriente la medicina juegue con unas reglas un tanto diferentes a las de la medicina occidental, y lo más gracioso es que ambas reglas pueden aplicarse en las personas con buenos resultados, quizá haya alguien a quien le funcione mejor una cosa que otra, es lo bueno de la biodiversidad y que haya donde elegir.

Hoy reflexionaba sobre la importancia personal, el diferente valor y relevancia que tiene ese concepto en las diferentes culturas. Es que hace poco leí una frase que me rompió algo en la cabeza, otra obviedad absurda de esas que a mi me gustan “lo que es razonable en una cultura puede no serlo en otra”. Creo que ya hemos hablado de los paradigmas, esos sistemas de creencias sobre los que construimos nuestra interpretación de la vida, ideas o creencias con las que elaboramos nuestro mapa de la vida. Conviene recordar siempre que un mapa, ya sea físico, topográfico, conceptual o mental, es sólo una aproximación a la realidad, nunca reflejan la realidad o la vida tal y como es, la realidad es mucho más rica. Las hipótesis, leyes y teorías, pretenden ayudarnos a entender y manejar lo que sucede, intentamos condensar la realidad en ecuaciones y conceptos, y la vida es mucho más que eso, conviene recordarlo.


Siempre me he preguntado ¿qué pasa si nuestros valores están equivocados?, ¿os imagináis? Si toda la vida nos han enseñado que cuanto más verdes seamos es mejor, y luego resulta que no era el verde lo bueno de verdad, que estábamos equivocados, que cuanto más morados mejor. ¿Qué pasa si llevamos toda una vida detrás de unos objetivos equivocados? ¿Cómo se te rompe la mente cuando tienes que cambiar de objetivo? Cuando todo lo que creías acertado o verdadero resulta no serlo. Desde muy pronto creo que entendí la idea de que si quieres resultados diferentes, tendrás que probar procesos diferentes. Por eso las novedades suelen llamarme mucho la atención, porque hasta el momento, creo que tenemos mucho por mejorar y me interesa conocer las novedades, por ver si alguna resulta efectiva y nos permite alcanzar eso que parece que siempre se nos escapa, la paz y salud mundial, la armonía entre todos los seres vivos... que hippie soy, jajajajaja.

Como os comentaba, creo que las instrucciones para la vida sí están escritas, en muchos idiomas y en muchas partes, como si fueran piezas de un puzzle, que necesitamos tenerlas todas para poder ver la imagen completa. Como la historia de los ciegos que tocan un elefante por partes y cada uno se crea una idea incompleta del elefante, les falta la visión de conjunto. Me gustan las grandes filosofías, las antiguas, las que han perdurado por mucho tiempo, algo de verdad tendrán que tener si se han mantenido tanto tiempo. Imagino que en ellas podemos encontrar toda la verdad, también creo que se pueden combinar en plan Yin-Yang. Creo que puede salir algo muy bueno del entendimiento entre oriente y occidente, entre el norte y el sur del planeta.


De las culturas orientales me llama la atención algo de lo que aquí creo que carecemos, la importancia de la familia, de la estirpe, la casa, la comunidad. En occidente se lleva el individualismo a ultranza, en exceso incluso, la importancia personal, el desarrollo personal, los objetivos personales, el yo, yo, yo, mi, me, conmigo. Creo que se nos ha educado, ya sea académicamente o mediante la publicidad, en que lo importante es el yo, el individuo. En oriente, hablo hasta donde conozco, hay lugares en los que la comunidad importa más que el individuo. Típicas frases de “soy una deshonra para mi clan, eres una vergüenza para la familia, el destierro...”, aquí en occidente esto lo veo poco, veo más las depresiones por no conseguir los deseos personales, veo familias y comunidades destrozadas por egos individuales desmesurados. No hablo como un santo, que estoy en el camino y sigo aprendiendo, siempre tengo dudas sobre este tema. ¿Importamos más, menos o igual que los demás? ¿Y nuestra relación con la comunidad, con la sociedad, con la humanidad?

Ya escribí una entrada sobra la igualdad del valor humano en las relaciones. Ahora me planteo sobre la importancia del mundo, de la sociedad, en nuestro plan de vida. Hace unos años hablé con Joan Melé, el de Triodos Bank, y me dijo una frase que me marcó, “nosotros (las personas con nombre y apellidos) no somos importantes, el mensaje que transmitimos es lo importante”, muy épica ¿verdad?, muy en plan El quinto elemento, “El tiempo no es importante, sólo la vida es importante”. Bueno, el caso es que desde entonces pienso a menudo en qué mensaje estamos transmitiendo con nuestra existencia. Sí, lo sé, se me va mucho, ya podía ser más normalito y que sólo me gustaran los coches y el fútbol, lo he intentado; por un rato me va bien, luego vuelvo a cuestionarme cosas, incluso disfrutando de los coches, creo que todo está relacionado. Se me está yendo mucho la olla con mi nueva teoría sobre la vida humana, la energía y el amor, ya os la compartiré cuando la termine, jajajaja.


Hoy pensaba en los beneficios mentales y emocionales que tiene sentirse parte de algo mayor, los beneficios que obtenemos al entregar nuestra vida al servicio de los demás o una causa mayor, llevado al extremo, ser una monja de la caridad. Sí, como aún no soy ni Gandhi ni la Madre Teresa de Calcuta, me sigo preguntando qué gano yo con ello... Creo, que como todo está relacionado, y volviendo a la sabiduría concentrada en el Yin-Yang, los extremos se conectan. Creo que ya os compartí la idea de que ser egoísta en exceso acaba por desear lo mejor para los demás, por aquello de que si queremos lo mejor para nosotros, eso incluye en algún momento, vivir rodeado de las mejores personas y en el mejor mundo. Creo que vivir para los demás llevado al extremo, deriva en algo similar, para servir mejor a los demás, necesitaremos mejorar y ser mejores nosotros. Al final todo está relacionado, y esto es lo que mola, que todos ganamos, si todos somos grandes, si todos somos mejores, si todos somos felices, todos ganamos.

Pues esto es a lo que le doy unas vueltas ultimamente, si todos ganamos ganando, el triple Win, ¿a qué estamos esperando para hacerlo? ¿Cuándo podremos vivir en un mundo en el que todos nos ayudemos unos a otros? Un mundo en el que el ser humano sea nuestro mejor aliado y no nuestra mayor amenaza. Porque no sé si os habéis dado cuenta de esto, pero hoy por hoy nuestra mayor amenaza y depredador en este mundo somos nosotros mismos... nos fastidiamos la existencia nosotros solos pudiendo ayudarnos y ganar todos... A disfrutar la vida, y contribuir y colaborar en lo que pueda y quiera cada uno, ganamos todos! :)


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